Monday, February 15, 2010

Soul Tellers por la escritora Irene Antolí Candela


Hola a todos queridos Soultellerianos!

Ya sabeis que no paro de navegar en busca de las noticias que Soul Tellers o Miguel Angel Julián van generando. En este caso aquí os dejo  el artículo de la prestigiosa escritora Irene Antoli-Candela (si, si la hija del eminente y reputado otorrinolaringólo) que entrevistó a Miguel Angel y seguidamente acudió a una actuación del Soul Tellers .
El artículo es fantástico.

SOUL TELLERS
Crónica de un concierto

"...el alma es aquello que da espíritu, aliento y fuerza a algo...”  

Por Irene Antolí-Candela 



Éramos bastante más de cinco personas en la sala Caracol el pasado 17 de noviembre, pero me sentía como una de las cinco personas sobre las cuales me había hablado Miguel Ángel Julián durante mi entrevista con él.  « cuando empecé en esto alguna que otra vez tuve que actua ante cinco personas solamente.  No me importa. Cinco son, cinco millones.  Cinco millones de sueños, cinco millones de ilusiones, cinco millones de mil cosas».  Esa noche, la banda de música Soul Tellers tocó desde y para esos millones de detalles que forman parte de cada individuo. Crearon una noche con soul.    Con su camisa negra un poco desabrochada y sus pantalones rosas, sí, eran rosas, Miguel Ángel Julián y su banda Soul Tellers jugaron con el público hasta «tenernos en su bolsillo», como a ellos les gusta.  Haciendo que los “chicos y chicas” imitaran por turnos los sonidos graves o agudos que Miguel Ángel emitía.  Y lo hacíamos, no sólo con «un par de cojones», sino también «a toda hostia», tal y como él nos pedía.  Incrementando la intensidad del momento, la banda nos sorprendía con parones de música o Miguel Ángel nos hacía bajar hasta el suelo con Marvin Gaye’s, Sexual Healing

 ¿Un “soul carrier”, quizás?  Porque lo más difícil era dejar de bailar. Estábamos enganchados a la alegría que estimulaba el grupo hasta el mismo momento en que la banda terminó la noche bajando a tomar una copa con el público. Y la verdad es que Miguel Ángel Julián tiene la calidad, además de una buena banda, para cantar música soul.  Tras su descubrimiento de Rod Stewart, consiguió convertir su infancia, aquella en la que golpeaba tambores de detergente, en (por ahora) dieciocho años de creación de momentos soul.  Una creación ayudada por una gran voz y un inesperado dominio del inglés.  


El resto de la banda compuesta por Maurice London (tambores), Daniel Casielles (bajo), Bruce Lister (guitarra), David Lads (piano), Raúl Miguel (trompeta), Miguel Egido (saxo) y César “Big Man” Guerrero (trombón) consiguieron que los ánimos de la sala subieran hasta el techo desde el comienzo.   Es más, las melodías cosquillean el cuerpo hasta ponerlo a bailar con estribillos que motivan a las gargantas cantar. 

Miguel Ángel Julián escribe canciones sencillas porque para él «una canción es un paisaje para que tú te des un paseo».  Ese paseo que descuadra el día a día para que deje de ser mera rutina y lo convierta en la cadena de momentos únicos de los que está compuesta nuestra vida. 


La canción Yesterday´s gone la compuso Miguel Ángel Julián el año pasado.  Traducida al español dice que «el ayer ya no está pero el pasado sigue aquí en mi alma». Y es así.  Comúnmente se dice que el pasado ya no existe y hay que dejarlo atrás; pero mirando las cosas desde el punto de vista del alma, el pasado permanece con nosotros. Y el recuerdo a la perspectiva del alma es el paseo al que nos invita Soul Tellers: tomar un camino del que nos acordamos un poco menos y que da un “algo” más a la vida. Si a eso añadimos el echar un vistazo a Miguel Ángel Julián fuera del escenario, ¿veremos a alguien capaz de contarnos sobre el alma?  Miguel Ángel Julián llama la atención por su manera de vestir, al fin y al cabo, es la misma ropa que lleva al escenario.  Sin embargo, esto no le hace único como músico.  Pero su desenvoltura con el inglés sí, y sobre todo, su naturalidad.


Cuando le vi por primera vez en una sala de espera su confianza y simpatía incitaron a que me preguntase:  ¿de dónde es y a dónde va?, ¿cómo piensa?, ¿cómo vive su vida?  Con confianza. Con ganas.  Miguel Ángel Julián se acopla a los distintos lugares y situaciones con la certeza de estar en el sitio adecuado en el momento oportuno. Es un hombre que recuerda la intensidad y lo terrenal que caracterizan la música soul.

Se puede decir que si el alma es: “aquello que da espíritu, aliento y fuerza a algo” (RAE 2006), entonces, Miguel Ángel es alguien que siempre está conectado, que siempre añade esa fuerza del alma y esa naturalidad e intensidad de la música soul a su vida.  Durante la entrevista, Miguel Ángel Julián me dijo:  «hay que triunfar… en el día a día… Todos los días son una aventura».  Y es así como él vive su vida, arriésgandose y dándole todo para convertirse en un «soul survivor», como él dice.  Recientemente, ha vivido dos años en Londres y ha vuelto con ganas de llevar su música fuera de España; manteniedo su actitud de que el que aguanta y se mantiene positivo es el que triunfa.

  Miguel Ángel responde a los acontecimientos de la vida con el mismo dinamismo con el que se entrega a su público.  Esa vitalidad que se respira en sus conciertos y que invita a los espectadores a que canten con él, exigiendo un nivel de participación entusiasmada. Es difícil separar la vida de Miguel Ángel de la música que canta, de su manera de sentirla y compartirla. ¿Quién mejor para contarnos sobre el soul?

Para finalizar, tendremos en cuenta que el efecto que tiene una banda sobre su audiencia es lo más importante que hay.  Pregunté y  Ericka Andrada, durante el concierto, me comentó sobre Miguel Ángel Julián: «tiene magia, tiene poder, mueve cosas». Y es que Soul Tellers contagia positivismo y alegría a nivel celular.  Gracias a su interacción con sus oyentes, su calidad musical, las letras de sus canciones y su carácter, el grupo añade esa fuerza soul al momento.  Durante esas dos horas y pico que duró la actuación, el público pudo optar por tomar esa oportunidad que nos brindó Soul Tellers para vivir más intensamente.